T.A. Y VOZ

USO DE LA VOZ

Voz auténtica, voz sin esfuerzo, voz con cuerpo.

"No tenemos que hacer nada para respirar; abrimos camino prestando atención y aprendiendo a quitarnos de en medio"

Jessica Wolf


La voz es la expresión que no engaña, canal directo. Está intimamente conectada a la respiración que es el reflejo y motor de nuestro estado y sentir. Añade color y perceptibilidad sonora. De la voz a la palabra agregamos forma y pensamiento, estructura para completar la comunicación.

Una voz integrada con cuerpo y mente requiere la capacidad de sostener y modular conscientemente el aire en la espiración sin interferir con el sistema muscular involuntario que regula el flujo respiratorio. La sensación que acompaña a una emisión vocal de este tipo es de conexión interna y externa, diálogo fluido entre la mente y el cuerpo, satisfacción, ligereza y disfrute, es un masaje vibracional y en el caso del canto puede proporcionar incrementados sentimientos de felicidad y éxtasis, facilitando la fluidez de pensamiento y el lenguaje. Cuando en el uso de la voz interferimos con tal sistema involuntario se pierde calidad emocional y riqueza expresiva, y, aunque podríamos obtener resultados sonoros eficaces y trasmitir mensajes intelectualmente inteligibles, estaríamos aplicando esfuerzo muscular innecesario. Esta situación repetida provocará tensiones, rigidez y bloqueos que acaban comprometiendo la eficacia de la vibración sonora, generando un círculo vicioso de más esfuerzo y tensión y, a la larga, lesiones, nódulos, limitación de la capacidad vocal y otros problemas de comunicación asociados.
 
Con la técnica Alexander la conciencia ampliada de los mecanismos psico-físicos que intervienen en el uso de la voz permite la comunicación fluida de sentimientos y pensamientos. Una voz que vibra sin esfuerzo es reflejo del estado de la persona y de su incidencia positiva hacia el entorno. Alcanzar este estado requiere por un lado, de un abordaje vivencial para que los aprendizajes no se queden en un mero conocimiento teórico, y, por otro lado, de un modo de trasmisión no directivo que facilite un proceso orgánico y respetuoso con la realidad de la persona.

Me costó muchos años hacer sonar mi propia voz y hacerme oír. Aprendí de niña a no hacer ruido, a pasar sin molestar, incluso a cerrar mi propio oído para no tener tanto estímulo que gestionar, al que responder o no responder. Soportar mi propio silencio requería silencio afuera , así que dejé de oír. Cuando quise "enterarme" recobrar mi condición de "entera,"  resultó que mi nervio auditivo derecho estaba muerto. Tuve que aprender a escuchar, adentro y afuera, ...a tender mi antena, mis sensores más allá de mi percepción sensorial física. Así, no sólo me enteré, si no que me convertí en maga, bruja, chamana, capaz no de oír, que perdió su importancia absoluta, si no de navegar al margen de lo  llamado "real", capaz de atravesar el ruido exterior y desvelar otra realidad, realidades.  Todo lo aprendido en la re-apropiación de mí misma se convirtió con los años, y pasando por la mano generosa y sabia de unos cuantos maestros, en un reto para dar fruto en la vida, trasladando mi capacidad de entrega hacia la ayuda a otras personas para escucharse a sí mismos, y hacer sonar su voz. Aquí estoy, aquí está mi experiencia y aquí están las herramientas que me han guiado.
 
Itziar Castillo



 (Ver también en apartado talleres de este Blog : Talleres de Uso de la Voz).